Goya Gutiérrez publica, en la revista de literatura Alga, una reseña de Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones, el último libro de Ángel Guinda. Se puede leer en este enlace o a continuación:
Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones
de Ángel Guinda
Olifante. Ediciones de Poesía
Serie Maior, Zaragoza, 2020
Poesía, 76 páginas
Ángel Guinda (Zaragoza, 1948) Premio de las Letras Aragonesas del 2010 y con una amplia trayectoria en el mundo de la escritura poética, pero también en el ensayo, manifiestos, antologías, artículos de opinión y pensamiento entre otros. Después de cinco años en que publicara "Catedral de la noche", aparece en el 2020 el libro de poemas "Los deslumbramientos seguido de Recapitulaciones", en donde profundiza en la línea seguida en otros títulos, la exploración del existir, de cómo enfrentar la existencia y la muerte, y en qué medida poder sobrellevarlas.
El sujeto poético a modo de guía de sí mismo
nos muestra los avatares del camino. Parece un Virgilio de la
tragicocomedia humana, que no conduce como en la obra clásica al premio o
al castigo, sino a nuestro inexorable fin, porque como dice en uno de
sus versos Somos parte de la destrucción. Queda la trascendencia o
la sublimación a través de las imágenes poéticas que evocan el
recuerdo, que le hacen perderse, adentrarse y adentrarnos también en la
belleza o el asombro y al mismo tiempo tropezar con los agujeros de la
vida, la crudeza de lo real que a veces se resuelve en ironía, como en
el poema "Los viajes", tras la enumeración de los distintos viajes,
subyace el viaje único, el no nombrado. Las preguntas y reflexiones se
suceden en la primera parte con poemas depurados y silencios que invitan
al lector a reflexionar, mientras que en la segunda parte de
"Recapitulaciones" el verso se ensancha, el poema se hace más denso, el
tono intensifica ese papel de guía del sujeto poético, sabio en el
sentido de sondear la maravilla y lo terrible de la existencia, pero al
mismo tiempo humilde al ensalzar la sencillez, los poemas invitan a un
viaje vital desde sus títulos "Piensa" "Pregúntate" "Rememora" "Vuelve"
"Recapacita".
¡Nacer es deslumbrarse! Nos dice en la
primera parte que titula "Los deslumbramientos". El asombro de la luz,
de la belleza, del vivir conducen a la oscuridad irreversible. Como le
sucede a la falena, mariposa nocturna, deslumbrada por el esplendor de
la lámpara de la noche.
En ese prepararse para el último instante, en
ese regresar hacia uno mismo, surge también el tema de la identidad, en
poemas como "Identidad" "La sencillez", "Nudos", "Exilio", pero también
los referidos a la casa en poemas como "Mi cuarto", "Casas" o "La casa
del abrazo", la casa como símbolo de la identidad y de la intimidad,
como regreso a la matriz de lo primigenio, a lo auténtico de uno mismo,
allí donde uno espera la muerte mientras vive la nostalgia de los
rincones del placer y del dolor, a los que se refería Gaston Bachelard.
La nostalgia de lo que un día fue: Se movió la casa ./ Hasta lo más compacto acaba disgregándose, nos dice en el poema "La familia".
Crear belleza, trascender, sublimar a través
de la escritura poética es en este caso expresar de modo profundo la
búsqueda de uno mismo. Descubrir la forma interior e íntima que tiene lo
habitado, su valor existencial, constatar también lo que ello conlleva.
Ese valor que el poeta ejemplifica en el poema "Rememora" de la última
parte: Rememora tu llegada a esta casa. ¡Esta casa que te/
sobrevivirá! Mira el techo, los balcones, las paredes, el suelo, cada/
rincón de ese cuarto más tuyo que tú mismo. (…) ¡Pronto aquí otros
mundos suplantarán tu mundo!
Pero ante ese viaje final, está también "El viaje fértil" Conciencia de viajar a uno mismo despacio. Ante las pérdidas y la fragilidad de la vida la ganancia que es el vivir Cuanto aún le quedaba eran ganancias. Frente a la luz cegadora, el milagro del asombro y del misterio en el poema "Luz sagrada" ¡Qué sagrada la luz que nos apaga! Deslumbramiento es aparición. Ante la desintegración del ser la reconciliación con el mundo, con tu prójimo ¡Cree! ¡Y olvídate de ti para ser tú con todos los demás!
Versos que intensifican la conciencia, la sensibilidad, que interpelándose nos interpelan, donde reconocernos y reencontrarnos.
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